miércoles, 24 de septiembre de 2014

El plazo expira...

Paisaje de Tomás Sánchez / Aguada de Pasajeros, 1948 / CUBA

Tomás Sánchez


El plazo expira…

¿Dónde encontrar los gorriones
que en la tarde se olvidaron
del aire y luego volaron
a otras grutas, sin razones?
¿Dónde las estaciones
de trenes deterioradas,
sin relojes, con bandadas
de pasajeros dispuestos
a viajar hacia los restos
de las tierras bombardeadas?

¿Dónde encontrar los cometas
de colas interminables
y los besos incontables
de las ninfas, sus siluetas?
¿Dónde los nimbos violetas
con sus ribetes dorados,
los estanques simulados
en los charcos del camino,
el mensaje clandestino
del héroe martirizado?

¿Dónde mi tiempo encontrar
si se deshizo en la arena;
dónde encontrar mi sirena
con su canto y su vagar?
¿Dónde el poema  versar
si la musa no me inspira
y la ruleta que gira
en mi sien trae un disparo?
¿Dónde encontrar el amparo
si tengo un plazo que expira?


O. Moré



Paisaje de Tomás Sánchez
















lunes, 22 de septiembre de 2014

Llueve sobre mojado (nueva versión)

Pongo a vuestro criterio la nueva versión de estas décimas decasílabas después de haberlas corregido en estilo, métrica y acentuación. Debo agradecer la ayuda de dos grandes poetas de la comunidad Ultraversal: Morgana de Palacios y Silvio Manuel Rodríguez, sé que ellos prefieren permanecer en el anonimato, pero sería deshonesto de mi parte no darles el crédito que se merecen.
Me he decantado por el verso decasílabo polirrítmico compuesto, con acentos obligados en la 4ª y 9ª sílabas, y con dos hemistiquios (5+5).

Óleo pintado con los dedos por Paolo Troilo / Taranto 1972/ ITALIA


I

El agua impía que me corroe
sobre mi espalda su esencia deja
en un disfraz que es una queja
como el sonido de  un cruel oboe.
Busco un ungüento como el aloe
que me esperance tras la batalla,
y solo encuentro lluvia y metralla
cayendo espesas sobre mi hombro.
Ruina ya soy,  pálido escombro
que aún mojado vibra y estalla.

II

¿Podrá mi cuerpo tras su derrota
vencer el miedo, y así, empapado
quizá sentirse barro sagrado
si alguien le impregna de savia ignota?
¿Vendrá otra lluvia, blanca gaviota,
sobrevolando mi piel deshecha
y aunque su edicto no tenga fecha
logre inspirarme a vivir mi vuelo?
¿Será esta lluvia mi fiel consuelo
cuando al fin venza toda sospecha?

O. Moré 

viernes, 19 de septiembre de 2014

¡Al mar, al mar...!

La ola (Vladimir Iglesias Gerardo) (Matanzas 1964)(CUBA)

Vladimir Iglesias Gerardo / Matanzas / CUBA

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A mi esposa

¡Al mar, al mar…!

I

Pasto en el mar  olas breves
con sus crestas y sus sales;
rumiando todos mis males
pasto su espuma y sus nieves.
Pasto el salitre los jueves,
y el domingo, tras la barca
de la noche, heresiarca,
santo, beato y profeta,
del mar yo soy el poeta,
él me nutre y él me abarca.

II

Soy náufrago en esta isla
rodeada de mar y  cielo.
No pica nada en mi anzuelo
porque el mar sólo me aísla.
Sin ser un juez que legisla
apruebo mi propia ley;
abandono mi batey
y marinero me hago
en un velero que pago
 y que bautizo“El Indio Hatuey”.

III

Navego, está el mar en calma
como un espejo dormido,
sólo se siente un latido
en lo profundo del alma.
La silueta de una palma
se desvanece en la orilla
y la proa es la cuchilla
que al mar sangrar hace espuma.
Comienzo a atisbar la bruma
que al horizonte mancilla.

IV

Miro al mar de donde vengo
(allá, donde el flamboyán)
y todos los peces van
tras un barco verde y luengo.
Me doy cuenta de que tengo
el corazón dividido
por este mar atrevido
que erosiona mi cubierta.
Con prisa cierro la puerta
al oleaje del olvido.

V

Soy el fuego  que se atiza
en el fanal de la nave,
soy el pájaro que sabe
que nació de la ceniza.
Soy el pez que se desliza
por un mar nunca surcado
y que salió disfrazado
de temible tiburón.
Soy un sueño en erupción
aunque esté muy mal soñado.


VI


¡Al mar, al mar…! dicta el viento
mientras inflama la vela
como si de una novela
susurrara el argumento.
Y en ese mismo momento
avisto la tierra firme.
Le digo al mar: _ He de irme,
mas siempre estarás conmigo;
tú mismo serás testigo
que tu azul ha de teñirme.

VII

Llego con dudas al puerto
de un futuro salpicado
del mismo miedo varado
que dejé en el mar abierto.
No sé si es futuro incierto
lo que esta tierra me ofrece,
ni sé si el sol que fenece
tiene el cálido bramido
del astro que amanecido
quedó donde reverdece.

Sólo sé que el cuerpo tuyo
será el abrigo de lana
que calor en la mañana
 me dará como a un capullo.
Sólo sé que ese murmullo
que llega de la montaña
ni vuelve la tierra extraña
ni me ahuyentará de aquí.
Ahora soy un colibrí
libando una flor de España.


O. Moré

Marina con flamboyán / Vladimir Iglesias Gerardo


domingo, 14 de septiembre de 2014

Llueve




Hombre triste con lluvia (George Hodan) (Inglaterra)





Llueve...
¡Con la que está cayendo ...!
(Expresión popular) 
Décimas (Espinelas) 

Llueve y  la ciudad parece
que se oxida en el sudor,
y en un último estertor
 el tiempo raudo envilece.
Como un dibujo decrece
(un grafitti que se borra)
la ciudad, pérfida zorra,
aullando hacia el cielo gris.
Sucio y brocado tapiz
del hastío y la modorra.

Llueve, las luces se escapan
de los sótanos hambrientos,
donde unos cuerpos sedientos
sueñan que la lluvia  atrapan.
Las cacerolas destapan
la nada y la incertidumbre;
la vida es tan sólo  herrumbre
sobre un suelo de granito.
El horizonte infinito
sigue gris, sin que se alumbre.

Llueve otra vez (Silvio Rodríguez)


Llueve sobre mojado
(versión mejorada)
Agradecimientos a Morgana de Palacios y Silvio Manuel Rodríguez, de Ultraversal, por su ayuda.


El agua impía que me corroe
sobre mi espalda su esencia deja
en un disfraz que es una queja
y es el sonido de  un cruel oboe.
Busco un ungüento como el aloe
que me esperance tras la batalla,
y solo encuentro lluvia y metralla
cayendo espesas sobre mi hombro.
Ruina ya soy,  pálido escombro
que si se moja en pavor estalla.

¿Podrá mi cuerpo tras su derrota
vencer el miedo, y así, empapado
quizá sentirse barro sagrado
si alguien le impregna de savia ignota?
¿Vendrá otra lluvia, blanca gaviota,
sobrevolando mi piel deshecha
y aunque su edicto no tenga fecha
podrá inspirarme a vivir mi vuelo?
¿Será esta lluvia mi fiel consuelo
cuando al fin venza toda sospecha?

O. Moré

Llueve sobre mojado (Silvio Rodríguez)