domingo, 27 de julio de 2014

Décimas sueltas


Martina / Gabriel Moreno / ESPAÑA

Gabriel Moreno / Córdoba / 1973


MUSA

Que venga hacia mí la musa
y trabajando me encuentre,
que venga y diga: ¡Presente!,
y me haga su escaramuza.
Yo le quitaré la blusa
y mamaré de su pecho,
y si me quedo en el trecho
y no llego a ser poeta,
seguro estoy que a su teta
le sacaré  buen provecho.

SUEÑO SÁTIRO

Quién me lo iba a decir, 
yo, cubano anacoreta, 
me fructifico en poeta 
cuando me voy a dormir. 
Al soñar, el porvenir, 
lo veo fraguando el verso 
como a un sátiro perverso 
que bella ninfa posee. 
Puede que en sueños babee 
pero no es un sueño adverso. 

YO

Yo Quevedo, yo Espinel,
yo décima, yo soneto,
yo del verso el esqueleto
y del poema la piel.
Bardo, juglar, timonel
del velero Poesía.
Yo métrica y melodía,
yo rima del octosílabo,
alma del endecasílabo,
olvidada sinafía.

NO SÉ

No sé si asirme a la estrella
que fugaz muere dichosa,
no sé si al alma fogosa
que a mi garganta degüella.
No sé si dejar mi huella
entre los blancos papeles,
o domar brutos corceles
que de las cuadrigas tiren,
o esperar a que me inspiren
los fatuos de los laureles.


viernes, 25 de julio de 2014

Evocación

Cuando escribí este poema, tenía 22 años, era demasiado joven, así que perdonen las imperfecciones que pueda tener; el dibujo, en cambio, lo acabé ayer. Ha llovido mucho entre uno y otro. 
Los dejo a vuestra consideración, y con ellos me despido hasta septiembre. Estaré fuera y no podré dedicarle tiempo al blog, aunque quizás deje algunas entradas programadas. Abrazos a todos, y gracias, como siempre, por la lectura.

Ilustración: O. Moré / CUBA

Evocación

¡Marcia, qué rostro perceptible el que te evoco!
Evoco tu lunar latente y frágil,
evoco cuando se perdió el pájaro de la siesta
y dormitaba agazapado en tu vestido.
Luego, suave y misterioso, se posó sobre tu cuerpo.
¡Con qué intimidad se filtraba entre tus carnes!
Entonces desabrochaste los ojos
y el pájaro desapareció,
y tu lengua, arpón húmedo,
clavaste en mi boca.

¿Por qué dejaste apagado el cincel?
Ya no puedo modelarte un busto de agua.
Los pequeños animalillos
escaparon sin beber en tus poros.

Marcia, qué distancia puedo yo vencer,
a qué nube aferrarme para viajar hasta tu fruta,
con qué vientos he de vestirme…
No hay una sola oquedad en la que no te busque.

 Evoco la irrealidad de la lentitud del gesto,
el martirio de  tu blusa empapada,
los puñales de tu torso.

Evoco la noche del altar y las vírgenes,
las díscolas vírgenes
que engendraron mi pecado.
Tú estabas con el cetro y la corona,
diosa desnuda de piel iridiscente;
barro en mis manos, arcilla tibia, moldeable.
Manzana en la boca del ofidio.

¿Por qué esfumar el sueño del fauno?
¿Qué lujuria te alejó del azul de mi lecho
al borde del océano,
a la inmensidad de esta tierra?


O. Moré
1988

viernes, 18 de julio de 2014

No me declares muerto

Óleo de Lazer Fundora / CUBA
Lazer Fundora / La Habana 1965/ CUBA


No me declares muerto

No creas que estoy muerto
porque a veces me empape de silencios,
o las palabras estériles subsistan,
vagando mudas en la punta de mi lengua
y  me encierre en el ánfora agrietada
de un olvido impertinente.

No me imagines muerto
por el hecho simple
de que las sombras,
como sus primas chinescas,
alguna vez me cubrieron
con su velo de atavismos.

 No me mates,
guárdate el estoque, esta res
tiene la piel curtida desde hace mucho,
y conoce de espasmos y estertores
sin haber sido un toro de lidia.


No me creas muerto al este de tus aguas
porque tu orilla no roce con mis dedos,
porque tu verde se me haya  vuelto blanco,
porque cierre los ojos y te vea
perdida en la bruma onírica
sin barcas ni remos ni ataduras.

No me dibujes inerte
por escapar de tus carnes retadoras,
del olor inseguro de tu seno,
del pálpito festivo de tu pubis.

No disecciones mi cadáver,
pues sólo soy un hombre
fiel a su mitad y a su prosapia,
fiel a sus sístoles y diástoles;
guerrero cansado de batallas
en sórdidos lechos ambulantes.

No me declares muerto,
sólo soy un arma
que dispara su amor al mismo blanco.

Ahórrate la extremaunción,
porque yo resucité de las cenizas,
porque este muerto está bien vivo,
porque mi tumba
todavía es un campo de amapolas,
o quizás sólo me haga el muerto
para ver el entierro que me hacen.



O. Moré



martes, 15 de julio de 2014

El encantador Rumor de Tania


Hoy les presento a mi hermana, cantautora y compositora de música infantil. No seré yo quien hable de ella, eso se lo dejo a los que entienden, como es el caso de los críticos musicales cubanos Joaquín Borges Triana y Alexis Castañeda, quiénes, en la revista cultural La Jiribilla, publicaron sendas  crónicas con motivo del disco-libro Cantando te Cuento, del 2005, que lanzó Linkgua Ediciones, en Barcelona.  Al final encontraréis  tres cortes musicales, del mencionado disco, editados  por un servidor (dentro de mis limitaciones como editor de vídeos). Espero que los disfruten, y si tienen  "locos bajitos" (al decir de Serrat) revoloteando por casa, creo que estas breves canciones harán las  delicias de esos pequeñuelos.
Gracias, como siempre, de antemano.

Enlace a la publicación original:


Tania Moreno pertenece a la generación que fecundó con sus vidas (entre el audio siempre malo y los modestos tragos, como diría Gerardo Alfonso) a la legendaria Casa del Joven Creador en la Avenida del Puerto y que hoy es sede del Museo del Ron. No estoy muy seguro de si es de ahí que parte mi conocimiento acerca de la obra de esta trovadora o de alguna descarga en la vivienda de nuestro común amigo Ricardo Bolado, donde por cierto, escuché por primera vez una de las guajiras más bellas que he oído en mi vida y que fuera compuesta por el pinareño Jesús Cruz e inspirada en la persona de Tania.


Como creadora, Moreno fue miembro de un proyecto organizado en la Asociación Hermanos Saíz por Omar Mederos, denominado “Te doy otra canción”. Por entonces, ella proponía en su cancionística complejas más hermosas estructuras melódicas y a la par transitaba por los senderos de hacer música para niños.
Después de un período en que no había vuelto a tener noticias de Tania, gracias a mi amigo el pintor Jorge Luis Mata (recordado por su pertenencia al grupo Tribuna, junto con el escritor Leonardo Eiriz y el artista plástico Eric Rojas) tengo un disco libro publicado en este año por Linkgua Ediciones S.L. y que da cuenta de 16 canciones para niños, compuestas e interpretadas por Moreno. De entrada hay que decir que resulta un verdadero acierto haber dado a la luz este material con un formato en el que, además del CD con las piezas, se recogen los textos de las melodías y varias ilustraciones hechas por Mata y Marco Hernández, cosa que facilita la interacción con la grey infantil. En este sentido, hay que mencionar el trabajo de edición a cargo de Radamés Molina Montes (¿alguien se acuerda todavía de “Naranja Dulce”?).

Como fonograma, la ópera prima de Tania, titulada Cantando te cuento, la corrobora como una de nuestras más importantes cantautoras del presente. Este álbum no solo es una auténtica gozada para cualquier pequeño, sino que es absolutamente disfrutable para los mayores y está hecho sin la menor concesión a la ñoñería con la que no pocas veces se conciben las canciones para niños. Uno de los méritos del disco, aparte de la calidad que poseen las composiciones aquí recogidas, está dado por el nivel de su producción musical, a cargo de Tino Di Geraldo, uno de los bateristas de mayor prestigio en la escena del jazz español y europeo de la actualidad.
Intervienen también como instrumentistas en la grabación el bajista Peter Oteo, el pianista Iñaki García (su trabajo es excelente, sobre todo en el plano armónico) y el pinero Nam-San Fon a la guitarra. Asimismo, la trovadora matancera tuvo el acierto de invitar a dos viejos amigos suyos para que interpretasen un par de temas. Son ellos Kelvis Ochoa, que se luce al cantar la pieza “Mulata”, a la que le inyecta la sabrosura de que él suele hacer gala, y Raúl Torres, que en “Maribel” hace un dúo con Moreno de esos que son para no olvidar. Otros temas a los que recomiendo poner suma atención son “Payacito”, “Cocuyos”, “Tren”, “Lágrimas de cocodrilo” y “A soñar”. Solo he de objetar a esta magnífica obra que el orden de los cortes en el disco no se ajusta al que se da en el sumario del libro. Por lo demás, felicitar a Tania y a todos los que han hecho realidad un trabajo como Cantando te cuento.



El encantador rumor de Tania Moreno
Alexis Castañeda Pérez de Alejo • Santa Clara

Déjala huir por la pupila
con aliento de otoño,
acaricia su música,
su hoja tiernamente ofrecida.


Roberto Méndez


De Tania Moreno no supe más. Subiendo los 90 se marchó a España, luego comenzaron a llegar rumores encontrados: unos decían que se había perdido en el anonimato de una muchedumbre ajena; otros aseguraban, sin embargo, que triunfaba, que incluso había sido presentada a Serrat.
A Tania Moreno la encontré por primera vez a finales de 1987 en un malogrado Festival de la Nueva Trova celebrado en Sagua la Grande, precisamente fue ella una de las “tres o cuatro cosas bien” que allí sucedieron. Luego volvería a Santa  Clara en varias ocasiones, y ya no pude perder su rastro.

Tania aparecía siempre frágil en sus presentaciones, detrás de una guitarra que le quedaba enorme, y una especie de encanto nos envolvía. Se presentía en la ternura del gesto, en la sonrisa de salutación, que algo extraordinario iba a suceder. Y efectivamente, su voz leve, sinuosa, precisa, de un lirismo casi infantil, atrapaba a quienes la escuchábamos: la necesaria voz para los textos que cantaba, compuestos por ella misma en su mayoría y que bordeaban las mejores páginas de la trova tradicional y del canto sudamericano, todo calzado por una forma muy original, propia y técnicamente segura de tocar la guitarra
La dulzura era el arma principal de convencimiento que esgrimía la trovadora para ganar la creencia de los mensajes que proponía, al escucharla se recordaba a una de las grandes figuras de la nueva canción en España, la legendaria Rosa León y también a la chilena Violeta Parra.

Ya despojada de cierta ingenuidad inicial, con precoz madurez, fue subiendo, superando su obra, con textos que comienzan a adentrarse en la filosofía vivencial y que se posicionaban ante los defectos del entorno social: en esto influyó, sin duda, su acercamiento a la obra del poeta villaclareño Heriberto Hernández, además, sus dedos sobre las cuerda certificaban ya una intención clásica de tocar la guitarra.

Pero Tania era mucho más, sus canciones infantiles pautaban una intensa labor con los niños, su “coro de ángeles” no solo era una novedad en Matanzas, sino, por la especificidad técnico-pedagógica empleada y por el apego de sus alumnos, una experiencia sobresaliente en este tipo de trabajo. El 16 de septiembre de 1989 Juventud Rebelde publicó una nota con los resultados del concurso de canciones infantiles “Gisela Hernández”, donde se repetía el nombre de la compositora matancera como ganadora del primer premio con la canción “Cocuyos” y de una mención con otra de sus composiciones.

Durante 1991-92 Tania estaba en La Habana, a veces con techo seguro, otras ayudada por amigos, junto compartimos días-noches de sueños e incertidumbres. En una escuelita de La Lisa la encontré una mañana rodeada de niños y abrazada a esa otra gran matancera, Dora Alonso, que había acudido a conocer su obra.
Tania se fue un día a España y solo dejó el rumor, en mi primer libro de poesía le dediqué un soneto que nunca leyó. Ahora me llega este disco-libro de puntual título: Cantando te cuento, bajo la rúbrica de Linkgua Ediciones S.L. todo lleno de composiciones para niños. Hermoso producto musical-textual complementado con las ilustraciones de Jorge Luis Mata y Marco Hernández, donde en algún momento nos sorprenden las voces de Kelvis Ochoa y del no menos entrañable Raulito Torres —otro habitual de aquellos días-noches desconcertantes de los 90.

Agradezco estos nuevos  rumores de la Moreno, que ha vuelto con pruebas certeras de que la creación aún la posee. No sé si la guitarra todavía le queda enorme, si mantiene aquel gesto de salutación sobrecogedor, pero desde el disco nos llega la misma dulzura el mismo imaginario encantador, que ayudados por el recuerdo nos permite armar aquel suceso extraordinario que era encontrarla.




Para ver la  crónica original, clique el enlace de abajo




Las Pecas de Betty



Maribel



Cocuyos


















domingo, 13 de julio de 2014

Memorias del éxodo

Eleomar Puente / Santiago de Cuba  1968/ CUBA




Memorias del éxodo

Ahmed

Igual que en tiempos de Roma
los emperadores dioses
a mi me tratan a voces
por decreto, por axioma.
Debe ser que a mi genoma
le falta algún gen azul
y a mi cuna y mi baúl
no dieron baño de oro,
o ha de ser que por ser moro
no debo vestir de tul.

Vino la "seño" Patricia
hasta mí, que soy plebeyo,
y alzando muy alto el cuello
miró mi estirpe fenicia.
Me dijo que la malicia
está tatuada en mi piel,
y que en  mi mente de “infiel”
siempre habrá pasión malsana,
que soy como la manzana
podrida de algún vergel.

Juan

A mí me dijo el patrón
que por ser yo mexicano
debía tener la mano
siempre fuera del arcón.
Nunca tocar el doblón,
que el doblón del amo es,
que luego, a final de mes,
me daría calderilla.
Yo he de sembrar la semilla
y él recoge el palmarés.


Yo, que crucé la frontera
buscando mejor futuro
di de bruces con el muro
que desplomó la quimera.
Mi vida ha pasado entera
siendo un espalda mojada,
y si quedo en la estacada
será porque ya mis pies
no pueden contra el revés
de la punzante alambrada.


 Ayele

Crucé el árido desierto
y luego el mar iracundo
pensando que el primer mundo
sería cual cielo abierto.
Mas fue llegar a este puerto
y los sueños naufragaron,
pues la entrada me negaron
en la valla de Melilla.
A nado alcancé la orilla
que los muertos no alcanzaron.


Abajo, yo estoy abajo
en la cadena, en la sombra,
no me ven ni se me nombra,
en el puzzle yo no encajo.
Soy un negro que trabajo
de sol a sol la cosecha.
La concertina una brecha
abrió en mi carne curtida;
ya no me importa la herida
porque soy carne deshecha.

 Coro

  Abajo como el zapato
que lentamente me pisa;
yo no estoy en la cornisa
ni aparezco en el retrato.
Resulta que soy barato,
una ganga que trabaja
encontrada en la rebaja
y a punto de caducar.
Yo no brillo en el altar,
yo soy de lecho de paja.


O. Moré


Del Cisne, el Fenix y otras Aves.

Un soneto pasado por el tamiz de lo aprendido en Ultraversal; otro nuevo, huérfano de rima (me ha costado una barbaridad, porque la rima en mí es innata) y un hermoso texto de un grande de la literatura de mi país, Virgilio Piñera, poeta, narrador, ensayista y dramaturgo. Un adelantado para su época. Mucho antes que Ionesco se hiciera célebre con su teatro del absurdo,Virgilio ya había incursionado en él  con "Falsa Alarma" de 1949.
Recurro a viejos dibujos míos, que sé que ya  conocían, pero creo que ilustran acertadamente los textos.
Abrazos a todos, y gracias por la lectura.

Leda y el Cisne / O. Moré / Matanzas / CUBA


Súplica del cisne


L’ essentiel est invisible pour les yeux.
Antoine de Saint-Exupéry


Ven, busca más allá de este plumaje,
no observes  sólo el cuerpo de ave impura,
descubre al Dios que habita en mi espesura,
que de alma y corazón es mi  equipaje.

Yo soy como este lago en cuyo encaje
de espejos cristalinos la locura
nunca viste de líquida amargura
pues prefiere de lotos su ropaje.

No importa si ave soy o soy humano,
no importa ni mi estirpe ni mi raza,
sólo importa que vibres en mi mano.

Encuentra, Leda, encuentra en mi coraza
la fisura hacia el centro, hacia lo arcano,
que soy tierno y viril, y no amenaza.


La agonía del cisne / O. Moré / Matanzas / CUBA




Pavor del Fénix


Por qué vuelve el espanto con sus voces,
y con sutil semblanza de ave muerta
consigue desnudarme en el exilio
sin saber qué naufragios me vencieron.

A qué hora he de darme por ausente,
 en qué noche de ilusas pretensiones;
si soy carne contrita,  soy despojo,
bucólico animal,  agua estancada;

un aprendiz, empírico  escribano,
que busca renacer de las cenizas
sin virtudes de pájaro de fuego.

Por qué vuelve el espanto, si las sombras
hace tiempo emigraron a otro mundo
que olvidé anhelante tras la espalda.


Viñeta de O. Moré / Matanzas / CUBA




Muerte de las aves

del libro de cuentos CUENTOS FRÍOS de Virgilio Piñera 

De la reciente hecatombe de las aves existen dos versiones: una, la del suicidio en masa; la otra, la súbita rarificación de la atmósfera. La primera versión es insostenible. Que todas las aves —del cóndor al colibrí— levantaran el vuelo —con las consiguientes diferencias de altura— a la misma hora —las doce meridiano—, deja ver dos cosas; o bien obedecieron a una intimación, o bien tomaron el acuerdo de cernirse en los aires para precipitarse en tierra. La lógica más elemental nos advierte que no está en poder del hombre obrar tal intimación; en cuanto a las aves, dotarlas de razón es todo un desatino de la razón. La segunda versión tendrá que ser desechada. De haber estado rarificada la atmósfera, habrían muerto sólo las aves que volaban en ese momento. Todavía hay una tercera versión, pero tan falaz que no resiste el análisis; una epizootia, de origen desconocido, las habría hecho más pesadas que el aire. Toda versión es inefable y todo hecho es tangible. En el escoliasta hay un eterno aspirante a demiurgo. Su soberbia es castigada con la tautología. El único modo de escapar al hecho ineluctable de la muerte en masa de las aves, seria imaginar que hemos presenciado la hecatombe durante un sueño. Pero no nos sería dable interpretarlo, puesto que no sería un sueño verdadero. Sólo nos queda el hecho consumado. Con nuestros ojos las miramos muertas sobre la tierra. Más que el terror que nos procura la hecatombe, nos llena de pavor la imposibilidad de hallar una explicación a tan monstruoso hecho. Nuestros pies se enredan entre el abatido plumaje de tantos millones de aves. De pronto todas ellas, como en un crepitar de llamas, levantan el vuelo. La ficción del escritor, al borrar el hecho, les devuelve la vida. Y sólo con la muerte de la literatura volverían a caer abatidas en tierra. 

Virgilio Piñera 

                 (Cárdenas1912 - La Habana1979).