miércoles, 19 de febrero de 2014

Apuntes internos




Hay algo aquí dentro, en esta viva artería, que late y transfunde a mi cuerpo de vieja madera y arrugada piel de olivo. Es como el instinto de la fiera, como un soplo, un ritmo, un apunte, un misterio.  

Hay algo aquí que me mantiene levitando y, al mismo tiempo, me ancla; que me hace sentir ignoto y explorado. Puede que venga de otros mundos, de otras letras; puede que germine en otros cuerpos y hasta en otras soledades. No sé, quizás es la pudicia, quizás el ostracismo. 

Quizás tus manos aferrándose a mi espalda.

Quizás la sed de verso que no sacia. 

Quizás tu perfil de mujer a lo Modigliani.

Hay algo aquí, entre mis vísceras, que bulle y me cocina a fuego lento mientras pasas desnuda entre mis muslos, mientras entras en mi boca con demora, mientras cincelas mis ojos y me procuras tu propia mirada.

Hay algo aquí tan rotundo, tan vehemente, tan trueno, tan delirio, tan feroz, tan verano, tan abril, tan glorioso, tan sensual, tan ebrio, tan perfume, tan placer que, si es un signo de la muerte, quiero morirme en este instante.

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