domingo, 20 de febrero de 2011

Caballero Don Gallardo (de Jugando con la Décima)


Puedo ser un caballero
de los de a la antigua usanza,
sin una gota de panza
y en la batalla el primero.
Quijote con escudero,
embutido en mi armadura,
forzando la cerradura
de algún casto cinturón,
para encontrar la pasión
a golpes de mi cintura.

Podría ser Don Gallardo
y vivir en el Toboso,
puro músculo, buen mozo,
un poco juglar y bardo.
Tener un jamelgo pardo
y que Conde a mí me llamen,
y al verme todos exclamen:
¡Vaya estampa de señor!
Y en las cosas del amor
todas las damas me aclamen.

O quizás ser como el Cid
y que me llamen Rodrigo,
tener un campo de trigo
olivares y una vid.
Ser poeta y adalid
en las cortes españolas,
cantarle a las amapolas
con mi cítara de antaño,
y estar casi todo el año
veraneando entre las olas.

Aunque, puestos a pedir,
me gustaría ser Rey
y aprobar alguna ley
que asegure el porvenir.
Por ejemplo que al salir
del dulce vientre materno,
nunca te falte el pan tierno
ni casa donde morar
y, aún menos, qué cobrar,
sea verano o invierno.

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